Una vez una señora me preguntó: “Padre, ¿Quiénes son las ánimas en pena y qué dice la Iglesia sobre ellas? Porque de niña me enseñaron que debía orar por las ánimas en pena, pero no sé quiénes son”, yo le respondí: “La expresión ‘ánimas en pena’ es una manera popular de referirse a las almas del purgatorio. Es un término que nace más del lenguaje popular y devocional que del lenguaje teológico de la Iglesia”.

¿Quiénes son las “ánimas en pena”?

En el lenguaje popular, cuando alguien dice “ánimas en pena”, suele referirse a:

  • Almas de personas que han muerto y no han alcanzado el cielo, pero tampoco están condenadas.
  • Se dice que “penan” o “andan penando”, porque aún no han alcanzado la paz completa con Dios.
  • A veces, la cultura popular las representa como almas que “se aparecen” o “piden ayuda”, buscando oraciones o misas.

Este modo de hablar no es doctrina oficial, pero expresa una verdad importante desde la fe: que hay almas que están en camino hacia Dios y necesitan purificación, y que nosotros podemos y debemos orar por ellas.

¿Qué dice la Iglesia sobre el tema?

La Iglesia cree firmemente en la existencia del purgatorio. Esto es lo que enseña:

  1. Hay almas que, al morir, necesitan purificarse

No todos estamos listos para ver a Dios inmediatamente después de morir. Muchos mueren en la gracia de Dios, pero aún tienen imperfecciones, pecados veniales, heridas. Esas almas van al purgatorio: un estado de purificación antes de entrar al cielo (cf. Catecismo de la Iglesia Católica [CIC] 1030–1031).

“Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su salvación eterna, sufren una purificación para obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo” (CIC 1030).

  1. Podemos ayudar a esas almas con nuestras oraciones

La Iglesia enseña que los fieles podemos ofrecer oraciones, sacrificios, misas y obras de caridad por las almas del purgatorio.
Esto se llama la comunión de los santos: los que estamos en la tierra podemos ayudar a los que están en vías de purificación.

“Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido oraciones en sufragio por ellos…” (CIC 1032)

  1. No hay que tener miedo

Aunque la expresión “ánimas en pena” suena un poco triste o incluso misteriosa, la Iglesia no enseña que esas almas anden penando por el mundo, ni que se aparezcan para asustar. Cuando hay manifestaciones de este tipo, hay que discernir con prudencia, porque muchas veces se trata de interpretaciones subjetivas, emociones individuales, o fenómenos naturales.

¿Qué podemos hacer por ellas?

  • Rezar por los difuntos (Padrenuestro, Rosario, jaculatorias, etc.)
  • Ofrecer la Misa por ellos (intenciones por las almas del purgatorio)
  • Visitar panteones y cementerios y orar por quienes han muerto
  • Hacer sacrificios u obras de caridad por su descanso

Una oración tradicional muy apropiada utilizada en los responsos de difuntos es:

“Dales, Señor, el descanso eterno. Y brille para ellos la luz perpetua. Que descansen en paz. Amén”.

En resumen

  • Las “ánimas en pena” es un modo popular de hablar de las almas del purgatorio.
  • No es un término teológico, pero expresa una verdad espiritual: que hay almas que necesitan ser purificadas antes de ver a Dios.
  • La Iglesia enseña que podemos ayudarlas con nuestras oraciones, y que debemos tener confianza, no miedo.
  • Orar por los difuntos es una obra de misericordia espiritual.

Hasta la próxima semana, si Dios quiere.

Pbro. Eduardo Michel Flores.