Ayer, hoy y siempre es el título de uno de los libros que escribió María Von Trapp (1905-1987). Trata sobre la vida de Jesús y de su familia de Nazaret, y de cómo esa historia la fue descubriendo María, la autora, en todos los acontecimientos que vivió su propia familia. Para mí María era sólo el personaje principal de una de mis películas favoritas. Sabía que los hechos eran de la vida real, pero no me imaginaba lo que siguió a la salida de esta familia de Austria, vía Italia y no los Alpes. Detrás del personaje principal de un musical de Broadway y de tres películas inspiradoras (la última en 1965: la Novicia Rebelde o Sonrisas y Lágrimas) existe la historia de una mujer de gran personalidad, cuya fuerza radicaba en una espiritualidad que siempre buscó hacer la voluntad de Dios.

María perdió a sus padres a temprana edad. Tuvo la oportunidad de estudiar, de graduarse en un colegio público y de enamorarse de la música. En un tiempo perdió la fe, pero al recuperarla decidió entrar como novicia en una abadía benedictina donde le enseñaron la importancia de hacer siempre la voluntad de Dios. Fue eso lo que la hizo aceptar salir del monasterio para ser maestra de una niña que tenía problemas de salud. El papá de esta niña, Georg Von Trapp, era capitán de la armada astro-húngara, había quedado viudo y tenía en total 7 hijos. El capitán se iba a casar con una dama de la nobleza, pero se enamoró de María y le pidió matrimonio. Así fue como María, siendo muy joven, se convirtió en madre de una familia numerosa a la que le inyectó su fe, su energía y su música.

Al poco tiempo el capitán quedó en bancarrota, por lo que buscaron nuevas maneras de resolver su problema económico como rentar parte de su mansión a estudiantes católicos e iniciarse en el mundo de los coros. María ayudó a descubrir el gran talento que había en la familia. Un sacerdote se convirtió en su director musical. Pronto empezaron a dar giras y a participar en festivales. Cuando al Capitán Von Trapp se le pidió volver a las fuerzas armadas, pero ya no de Austria sino del régimen nazi, y al hijo mayor, que se había graduado de médico, se le pidió atender situaciones en contra de la vida, decidieron salir de país dejándolo todo. En la jerarquía de valores de la familia Von Trapp primero iba lo espiritual y moral antes que el confort y la seguridad material. Hitler era para ellos como Herodes fue para la familia de Nazaret. Tenían que huir y tomar el papel de refugiados de la misma manera que lo hizo San José con su esposa María para salvar al niño Jesús. Es interesante como María explicó en sus libros que siguen existiendo Herodes en todas las épocas que buscan impedir que Jesús siga naciendo en cada ser humano amado por Dios.

Una vez en América, la familia Von Trapp tuvo que vencer muchas dificultades. Poder conectarse, como familia cantante, con audiencias norteamericanas les costó mucho trabajo, pero lo fueron logrando con perseverancia, esfuerzo, unidad familiar y confianza en la Providencia. Georg y María tuvieron tres hijos más. Nunca dejaron de pensar en su país, Austria, afectado por la guerra y por eso crearon una fundación de ayuda para las familias más lastimadas y necesitadas. Su iniciativa de iniciar un campamento musical dio origen a una tradición que perduró por muchos años en Estados Unidos y generó muchos encuentros de familias. También lograron comprar una granja donde todavía existe una hospedería que lleva su nombre (Von Trapp Family Lodge) y donde se celebra cada año el festival de música de Mozart en el estado de Vermont.

Les comparto la voz de María Von Trapp que no sólo cantaba en sentido musical, sino que siempre buscaba compartir a Jesús:

  • “Como somos cantantes, nuestra historia se convirtió en una canción, en un cántico. Dios se ha convertido en nuestra era en el gran desconocido. Todo lo que ocurre se piensa que es debido al clima, a la política, a las circunstancias, a la falta de vitaminas, a la herencia, pero raramente se atribuye a su única y verdadera fuente. La historia de los cantantes Von Trapp quiere ser un cántico de amor y gratitud al Padre del Cielo en su Divina Providencia”.
  • “Nuestras revistas y periódicos están llenos de artículos alarmantes sobre los peligros que están deshaciendo a las familias en nuestros días. Psiquiatras, psico-analistas y psicólogos están ocupados buscando por qué está pasando esto. Parece que no se dan cuenta que la respuesta a esa pregunta fue respondida hace dos mil años en el Evangelio de San Lucas. Ahí encontramos a Dios Padre dando origen a la Familia Cristiana cuando envió a su amado Hijo al pequeño hogar de Nazaret. Con sólo mirar a Jesús, a María y a José en su rutina diaria podemos arreglarlo todo. Ahí está nuestro modelo y nuestro único remedio. Así dice una frase de nuestro país de origen: -Si hubiera más madres como María y más padres como José, habría más niños como Jesús-”.
  • “Si a nuestra vida llega una adversidad, la tenemos que ver como un obstáculo. A los obstáculos los tenemos que sobrepasar. Si hacemos todo lo que está en nosotros para quitarlos y aún así no se mueven, entonces descubrimos que no son realmente obstáculos: son cruces. Y las cruces hay que cargarlas aprendiendo de Jesús. Sólo una cosa importa en la vida: encontrar lo que Jesús haría, cómo reaccionaría, y qué diría si estuviera en nuestro lugar”.

Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. Sigue viviendo en nosotros. Eso lo descubrió María Von Trapp y por eso lo invitó a ser parte de su familia. Ella se dio cuenta de que esa Verdad los hizo felices y capaces de dar sus dones con generosidad al mundo. En la riqueza, en la pobreza, en su situación de refugiados, como familia prácticamente nómada, en su mundo musical, en las alegrías, en las penas y en todo momento, tomaron decisiones de vida preguntando siempre primero a Dios cuál era su Voluntad para ellos de tal manera que le pudieran dar gloria. La historia que dejó escrita María en sus libros me parece que enriquece profundamente la versión presentada en el cine y en el teatro.

VOCES EN EL TIEMPO

MARTHA MORENO