Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

Ruega siempre con esta disposición de abandono y tendrás gran paz y grandes frutos, incluso cuando yo te concediera la Gracia de la Inmolación de Reparación y  de Amor, que conlleva el sufrimiento. ¿Te parece imposible? Cierra los ojos y di con toda el alma: “Jesús, ocúpate Tú de ello”. No temas, me ocuparé de ello y  bendecirás Mi Nombre humillándote. ¡ Mil plegarias no valen lo que un solo acto de abandono vale: recuérdalo bien ! No hay novena más eficaz que ésta: 

Oh Jesús, yo me rindo a Ti, me abandono en Ti, ¡ocúpate de todo! (Repítelo 10 veces) 

María, Madre mía, soy tuyo ahora y siempre. 

A través de ti y contigo, siempre quiero pertenecer completamente a Jesús. Amén.