Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

¿Por qué te confundes al preocuparte? Déjame a mí el cuidado de tus cosas y todo se mantendrá en calma.

Te digo que todo acto de verdadera, ciega y completa rendición a mí, produce el efecto que deseas y resuelve toda complicada situación. 

Oh Jesús, yo me rindo a Ti, me abandono en Ti, ¡ocúpate de todo! (Repítelo 10 veces) 

María, Madre mía, soy tuyo ahora y siempre. 

A través de ti y contigo, siempre quiero pertenecer completamente a Jesús. Amén.