En cierta ocasión un señor me preguntó: “Padre, si un sacerdote se encuentra en pecado, ¿son válidos los sacramentos que celebra?”, yo le respondí: “Es de desear que los sacerdotes siempre valoremos los sacramentos como acciones sagradas que debemos prepararnos a celebrar de la mejor manera posible, se trata de que seamos conscientes de la función de santificar al Pueblo de Dios que debemos realizarla de manera óptima, es decir, estando en gracia, pero si desgraciadamente un sacerdote que celebra un sacramento se encuentra en pecado los sacramentos que celebra son perfectamente válidos. Según la doctrina de la Iglesia, la validez de los sacramentos no depende de la santidad del ministro.

Esto se basa en el principio teológico: “Ex opere operato”, que significa que el sacramento obra por la misma acción realizada, siempre que se cumplan las condiciones requeridas: materia, forma, intención y ministro válido.

Esto lo enseña claramente el Catecismo de la Iglesia Católica:

“Desde el momento en que un sacramento es celebrado conforme a la intención de la Iglesia, el poder de Cristo y de su Espíritu actúa en él, independientemente de la santidad personal del ministro” (CIC, n. 1128).

Por tanto, aunque el sacerdote esté en pecado mortal, la misa es válida, la Eucaristía es realmente consagrada, y también lo son las absoluciones, bautismos, etc.

¿Y tienen la “misma eficacia” los sacramentos que celebra un sacerdote en gracia que los que celebra un sacerdote en pecado?

En cuanto a eficacia, si se entiende como la gracia objetiva del sacramento, entonces sí, tiene la misma eficacia. Pero si se habla del bien espiritual para el ministro, no: un sacerdote en pecado mortal no se beneficia espiritualmente de lo que celebra hasta que se reconcilie con Dios mediante la confesión.

¿Y qué pecado comete un sacerdote que celebra la misa en pecado mortal?

El sacerdote que celebra la misa sabiendo que está en pecado mortal, comete un sacrilegio.

El sacrilegio es el pecado de tratar lo sagrado de forma indigna. El Código de Derecho Canónico y la moral católica lo consideran un acto gravemente ilícito.

San Alfonso María de Ligorio enseña que quien celebra la misa en pecado mortal comete un pecado mortal adicional de sacrilegio, porque toca el Cuerpo de Cristo sin la debida disposición.

¿Puede un sacerdote celebrar la misa si está en pecado mortal, pero tiene intención de confesarse cuanto antes?

Sólo en caso de verdadera necesidad pastoral grave. Por ejemplo, si está solo en una misión, sin posibilidad de confesión inmediata, pero debe celebrar para un pueblo que espera la misa dominical y no hay otro sacerdote, puede celebrar con dolor de corazón, haciendo un acto de contrición perfecta y con la intención firme de confesarse cuanto antes.

El Concilio de Trento no exige que el ministro esté en gracia para que el sacramento sea válido, pero recomienda con fuerza que celebre en estado de gracia, sobre todo en la Eucaristía, por reverencia y por su propio bien.

En resumen:

  • Sí, los sacramentos celebrados en pecado mortal son válidos y tienen eficacia objetiva.
  • Pero el sacerdote comete un sacrilegio si lo hace a sabiendas, sin necesidad grave.
  • Puede celebrar si hay necesidad pastoral grave, con un acto de contrición perfecta y el propósito firme de confesarse en cuanto le sea posible.
  • Los fieles no deben preocuparse por la validez de un sacramento si sospechan que el sacerdote está en pecado, pues es Cristo quien actúa en los sacramentos.

Hasta la semana que viene, si Dios quiere.

Pbro. Eduardo Michel Flores.