En cierta ocasión un niño me preguntó: “Padre, ¿Qué es la genuflexión?, porque mi abuela me dijo que yo debería aprender a hacer la genuflexión, ya que desgraciadamente se ha perdido la piadosa costumbre de hacerla en la Iglesia, pero yo, como no sé qué es la genuflexión, mejor quise venir a preguntarle”, entonces yo le respondí: “La genuflexión es un gesto de adoración que consiste en doblar la rodilla derecha hasta tocar el suelo, orientando el cuerpo hacia donde está el Santísimo Sacramento. Es una señal de sumo respeto y humildad ante Dios, hacia la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía”.

 

La genuflexión tiene un sentido profundamente significativo. Doblar la rodilla es un signo de adoración y reconocimiento de la majestad de Dios. En el contexto de la liturgia, es un gesto de respeto a la Eucaristía, en la que Cristo está real y verdaderamente presente bajo las especies de pan y de vino.

 

La genuflexión se debe realizar en los siguientes momentos:

 

  1. Al entrar o salir de una iglesia o capilla: Cuando el Sagrario está presente en el altar o cerca del altar y contiene la Eucaristía (indicado por la luz roja del sagrario), los fieles deben hacer una genuflexión hacia el Sagrario como muestra de reverencia a Cristo presente en el Santísimo Sacramento. Este gesto se hace al entrar y salir de la iglesia o capilla.

 

  1. Antes de recibir la Comunión: Aunque esto varía según las normas locales y las costumbres, en algunas partes, los fieles hacen una genuflexión antes de acercarse al altar para recibir la Comunión, en señal de adoración a Cristo presente en la Eucaristía.

 

  1. Durante la exposición del Santísimo Sacramento: Cuando el Santísimo está expuesto para la adoración, por ejemplo, durante la Hora Santa, se debe hacer la genuflexión con ambas rodillas, es decir, arrodillarse, en señal de adoración.

 

  1. En la Misa: Los ministros ordenados, como los sacerdotes y diáconos, hacen una genuflexión en ciertos momentos específicos durante la Misa, especialmente después de la consagración, cuando el Cuerpo y la Sangre de Cristo están presentes en el altar. Los ministros ordenados y los ministros extraordinarios hacen genuflexión antes de tomar el copón, que contiene el Cuerpo de Cristo, para distribuir la Sagrada Comunión y después de distribuir la Sagrada Comunión al colocar el copón sobre el altar y antes de tomar el copón del Sagrario y después de depositarlo ahí mismo.

 

  1. Al pasar frente al Sagrario: Si se pasa frente al Sagrario, es costumbre hacer una genuflexión, siempre que esté reservado el Santísimo Sacramento.

 

  1. Durante la Procesión de Corpus: Un signo de fe y reverencia ante el Santísimo Sacramento cuando se hace la Procesión de Corpus es que cuando pase el Santísimo Sacramento delante de uno, se hace genuflexión en señal de adoración.

 

  1. Cuando el Santísimo es llevado a los enfermos: Es recomendable hacer genuflexión cuando el Santísimo es llevado a los enfermos y pasa delante de uno por la calle.

 

La genuflexión no es obligatoria para quienes, por razones de salud, no pueden realizar el gesto físicamente. En esos casos, una inclinación profunda o reverencia es suficiente.

 

La genuflexión es un acto de reverencia y adoración hacia Cristo presente en la Eucaristía, y se realiza en momentos clave dentro de la liturgia y al entrar o salir de una iglesia donde se encuentra el Santísimo Sacramento. Este gesto recuerda a los fieles la centralidad y la gran importancia de la Eucaristía en la vida de la Iglesia.

 

Hasta la próxima semana, si Dios quiere.

Pbro. Eduardo Michel Flores.