En una ocasión un joven me preguntó: “Padre, ¿puedo grabar mi confesión con el celular?” yo le pregunté: “¿Para qué quieres grabar tu confesión?”, él me respondió: “Porque quiero recordar los consejos que me dan en la confesión y para que no se me olvide la penitencia”, entonces yo le dije: “Si bien la Iglesia no tiene disposiciones acerca del uso de dispositivos de grabación en el confesionario, sin embargo, desalienta o prohíbe tácitamente la grabación de la confesión, por razones graves, como son:

  1. Sigilo sacramental: La confesión es absolutamente confidencial, y el sacerdote tiene la obligación de guardar el sigilo sacramental. Cualquier tipo de grabación, incluso si la realiza el propio penitente, puede poner en riesgo esta confidencialidad, ya que la grabación podría ser accidentalmente compartida o manipulada.
  2. Ambiente de oración y recogimiento: La confesión es un sacramento en el que el penitente debe encontrarse en un ambiente de reflexión y recogimiento. Usar un dispositivo de grabación puede distraer tanto al penitente como al sacerdote, desviando el enfoque del momento de encuentro con Dios y arrepentimiento.

 

  1. Seguridad de la información: Los dispositivos electrónicos, como los celulares, pueden ser hackeados o pueden ser robados o extraviarse. Si la grabación cayera en manos equivocadas, podría vulnerarse gravemente la privacidad del penitente.

 

  1. Protocolo en algunos templos: En algunas iglesias y en algunas diócesis, se prohíbe de forma específica el uso de celulares en el confesionario, tanto para grabar como para tomar notas. Es recomendable, en caso de duda, consultar directamente con el sacerdote encargado de la iglesia o consultar las normas locales de cada diócesis.

La Iglesia considera el «secreto de confesión» uno de sus asuntos más sagrados. Desde los primeros tiempos, este sacramento, instituido por Jesucristo, ha sido entendido como un momento en el que el penitente puede expresar sus faltas con total libertad y confianza, sabiendo que nada de lo confesado será revelado. La norma es tan estricta que un sacerdote que quebrante este secreto incurre en excomunión automática. Asimismo, si cualquier persona ajena a la confesión escucha o graba por accidente una confesión, también está obligada a guardar silencio absoluto.

En cuanto a traer anotados los pecados en el celular, hay confesores que lo permiten y hasta sugieren que los fieles se preparen bien y hagan una lista de los pecados si les ayuda a no olvidar lo que deben confesar. No obstante, muchos sacerdotes prefieren que esta lista sea escrita en papel, no en el celular, por las razones de seguridad y privacidad ya mencionadas. También, anotar los pecados en un dispositivo electrónico puede crear la tentación de mantener un registro de las confesiones, lo cual no se recomienda, ya que la confesión se basa en la reconciliación, el arrepentimiento y el olvido de las culpas tras recibir la absolución.

Alternativas:

– Para recordar la penitencia o los consejos del sacerdote, se puede pedir repetir la penitencia antes de salir del confesionario o anotar la penitencia después de la confesión.

– Si el penitente siente que olvidará algún consejo importante, puede pedir orientación adicional al sacerdote o buscar un momento para dialogar en dirección espiritual fuera del confesionario, donde podrá recibir más orientación sin las limitaciones de la confesión.

Es muy conveniente evitar el uso de dispositivos electrónicos en el confesionario. La Iglesia aconseja realizar la confesión con una actitud de oración y respeto, confiando en la gracia de Dios y en el sacramento para guiar al penitente en el camino hacia la conversión.

Hasta la próxima semana, si Dios quiere.

Pbro. Eduardo Michel Flores.