Hace un tiempo, una señora me preguntó:
-Padre, ¿por qué los católicos tenemos imágenes si la Biblia las prohíbe?
-¿Por qué me pregunta eso?, le consulté.
Ella me respondió:
-Es que el otro día llegaron a mi casa dos personas pertenecientes a una secta protestante y empezaron a dialogar conmigo y me preguntaron si tenía imágenes en mi casa, yo les dije que sí, tengo una imagen del Sagrado Corazón, una de la Virgen y algunas de los santos; entonces ellos me preguntaron que si yo no sabía que la Biblia prohibía tener imágenes y darles culto. Yo, como no acostumbro a leer la Biblia, no supe qué contestarles, entonces ellos me preguntaron si tenía una Biblia a la mano, yo les dije que sí y traje mi Biblia, ellos la tomaron, la abrieron y leyeron un pasaje que decía: ‘No te harás escultura ni imagen alguna, ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto’ (Ex 20,4-5), yo quedé sorprendida al escuchar eso, yo no sabía que la Biblia contenía esa prohibición, luego me sentí apenada por no conocer la Biblia y confundida por tener imágenes en mi casa, ya que está prohibido por la Biblia, pero luego recordé que también en los templos hay imágenes y que los sacerdotes las bendicen cuando uno se las lleva, entonces ya no supe qué pensar y por eso vine a preguntarle.
Yo le expliqué:
-Los protestantes afirman que los católicos somos idólatras, porque vamos contra el mandamiento bíblico que ordena no hacerse imágenes para el culto, y dicen que por tener imágenes y venerarlas somos desobedientes a Dios y, por tanto, pecamos gravemente, sin embargo, hay que entender muy bien ese texto de la Sagrada Escritura para no interpretarlo equivocadamente. El pueblo de Israel, cuando recibió ese mandato de Dios, era un pueblo inclinado a la idolatría, muy dado a adorar a los dioses cananeos que los pueblos circunvecinos adoraban, dioses hechos por manos humanas, figuras de madera, de piedra o de metal, por eso Dios les prohíbe hacerse imagen alguna de él, puesto que Él es invisible, y no quiere ser representado con ninguna imagen de creatura alguna, como solían hacer los pueblos antiguos, que acostumbraban representar a sus dioses con figuras de animales, así pues esa prohibición era muy precisa, es decir para un tiempo concreto y en una circunstancia determinada, se refería al pueblo de Israel en un contexto histórico, que luego fue cambiando, porque entendió que lo que debía evitar era la idolatría.
El mismo Dios que prohibió hacerse imágenes le dijo a Moisés, en el libro de los Números, que hiciera una serpiente de bronce para que mirándola los que eran mordidos por una serpiente fueran curados. También le dio instrucciones a Moisés de construir unas imágenes de querubines para colocarlos en el arca de la alianza.
Quien ordenó esto fue el mismo Dios que inicialmente había dicho: ‘No te fabriques escultura ni imagen alguna’, lo cual significa que lo que se debe evitar es la idolatría, no las imágenes; las imágenes nos ayudan a remitirnos a Dios, a la Virgen o a los santos, quienes están en el cielo, al venerar las imágenes rendimos un culto legítimo a Dios o a los santos, solo a Dios debemos adorar y a la Virgen y a los santos debemos venerar u honrar, que no es lo mismo. Así que los católicos podemos tener imágenes en nuestras casas o iglesias sin trasgredir el mandamiento divino, ya que las imágenes ayudan a pensar en Dios. Lo que está prohibido en la Biblia es la idolatría, y en esa podemos caer todos, los que tenemos imágenes y los que no las tienen, porque todos los seres humanos tendemos a hacernos ídolos, a poner al dinero, al poder, o a la fama u otras realidades en el lugar de Dios, y eso es caer en idolatría, eso es lo que prohíbe la Biblia y eso es lo que todos debemos evitar, porque dice la Escritura: “solo a Dios adorarás y solo a él rendirás culto” (Mt 4,10).
Que Dios los bendiga, nos leemos la próxima semana.
Pbro. Eduardo Michel Flores.
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