Un día una joven vino al confesionario y con cierto nerviosismo inquietud y preocupación me dijo: “Padre, me acabo de cambiar hace poco por aquí, soyestudiante universitaria, estoy viviendo en una casa rentada, yo creo en Dios, pero no vengo mucho a misa, sin embargo, quiero preguntarle ¿Podría usted ir a bendecir mi casa? Es que se sienten ‘malas vibras’”, yo le dije: “Mira, no quiero poner en duda tu fe en Dios, pero si tienes fe en Dios deberías venir más frecuentemente a la Iglesia y participar de los sacramentos, esa es una forma muy concreta de expresar y vivir tu fe. Me dices que quieres la bendición de tu casa porque se sienten ‘malas vibras’ahí, ¿Qué significa eso? ¿En qué lo notas?”, ella me respondió: “Es que frecuentemente me siento enfermay los médicos no saben lo que tengo, me duele la cabeza, me dan náuseas, me siento sin ganas de hacer nada, mi dinero no me rinde, por más que trato de cuidarlo no me alcanza, y además ningún proyecto me funciona, en todo fracaso, creo que mi casa debería ser mi refugio más sagrado, pero cuando llego de la escuela me siento triste, nerviosa, a veces sientomucho cansancio y malestar aunque no haya hecho nada, así que comentando lo que me pasa con unas amigas me dijeron que quizás algo malo había en mi casa, que tal vez mi casa tiene ‘malas vibras’ de un inquilino anterior, y me están consumiendo”, yo le respondí: “Mira, puedo ir con mucho gusto a bendecir tu casa, pero la bendición de un lugar no debe buscarse como un remedio a ‘un maleficio’ o como una forma de combatir las ‘malas vibras’, la bendición de personas, lugares y cosas es un recordatorio de las bondades de Dios, por eso siempre incluye ‘la alabanza de Dios por sus obras y sus dones, y la intercesión de la Iglesia para que los hombres puedan hacer uso de los dones de Dios según el espíritu de los Evangelios’.Se pueden bendecir personas, animales o cosas, con la idea de ponerlos bajo la protección y el cuidado de Dios, pero debemos evitar el peligro de caer en la superstición, porque a veces la bendición de objetos o lugares puede ser entendida como una especie de amuleto que protege contra el mal. No se debería pedir la bendición de una casa, por ejemplo, si los que habitan en ella no tuvieran al menos la intención de tratar de vivir según los mandamientos divinos; o pedir la bendición de una persona, o de una cosa para luego emplearlo para desobedecer los mandamientos de la Ley de Dios, por ejemplo, no se puede pedir la bendición para un lugar de pecado o para un objeto que pueda dañar a los demás, por ejemplo, un arma, porque sería totalmente contraproducente”.
Los cristianos deberíamos procurar entender mejor el sentido que tiene una bendición. La bendición es un sacramental por medio del cual se invoca el nombre de Dios sobre las personas, lugares o cosas para que las santifique con su presencia, pero la bendición implica un compromiso para quien la solicita y es el de esforzarse por vivir de acuerdo a la Ley de Dios, si no la conducta de uno mismo puede anular la bendición de Dios. Hay que evitar a toda costa ver las bendiciones como un medio supersticioso para combatir ‘el mal de ojo’, ‘la mala suerte’, ‘las malas vibras’, etc.
Que Dios les bendiga. Nos leemos la próxima semana
Pbro. Eduardo Michel Flores.
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