Una vez me buscó una joven para pedirme un consejo y al terminar la conversación me preguntó:

-Padre, tengo una duda, ¿es verdad que es obligatorio comulgar en Pascua?.

-¿Quién te dijo eso?, le consulté.

-El otro día estaba platicando con una amiga que frecuenta mucho la Iglesia, y durante la conversación ella me dijo que era obligatorio para un católico comulgar por lo menos una vez al año en tiempo de Pascua, yo, como no tengo claro ese tema preferí venir a preguntarle.

-Efectivamente, además de los diez mandamientos de la Ley de Dios existen los cinco mandamientos de la Santa Madre Iglesia, que tienen como finalidad indicar a los católicos sus deberes en la vida cristiana y especialmente en la vida litúrgica; de esos cinco mandamientos el tercero habla de este deber, ‘comulgar por lo menos una vez al año por Pascua’, así que ciertamente este mandamiento debe cumplirse puesto que lo manda la Iglesia para nuestro bien.

-¿Y los mandamientos de la Iglesia, también obliga cumplirlos?

-Efectivamente, son de carácter obligatorio ya que son normas decretadas por la autoridad eclesiástica, que tienen como fin garantizar la práctica mínima indispensable de la vida litúrgica en la vida de los fieles.

El tercer mandamiento de la Santa Madre Iglesia está en íntima relación con el segundo. El segundo dice: “Confesar los pecados al menos una vez al año, o en peligro de muerte”, por él, todo cristiano, si quiere ser fiel a Jesucristo en la práctica constante en su vida de fe, está obligado a confesar los pecados mortales, como mínimo, una vez al año. Este segundo mandamiento de la Iglesia favorece la conversión necesaria para el creyente para mantener vigentes las promesas del Bautismo. El sacramento de la confesión es el sacramento que nos resucita y nos mantiene resucitados. Es decir, la confesión nos permite recuperar la vida sobrenatural o incrementarla y así poder estar en comunión con el Señor resucitado. La confesión prepara a la persona para concretar esa comunión comulgando debidamente, es decir comulgar en estado de gracia. La confesión asegura la debida preparación para la Eucaristía. El católico se debe confesar, ya sea durante la Cuaresma, ya sea durante la Semana Santa, todo de cara a cumplir con el tercer mandamiento de la Iglesia: “Comulgar por lo menos una vez al año, por Pascua”. Esto significa comulgar al menos el domingo de pascua o durante el tiempo pascual. En relación con este tercer mandamiento de la Iglesia, es necesario recordar que «todo fiel, después de la primera comunión, está obligado a comulgar por lo menos una vez al año» (Canon 920, Código de Derecho Canónico). Y lo hace en Pascua porque el centro de la vida de la Iglesia es la Eucaristía, la presencia real de Jesús, el Cristo vivo, resucitado. La Iglesia une, por ello, las dos realidades centrales de nuestra fe: Eucaristía y resurrección; y por esto promulga este tercer mandamiento que asocia estas realidades. El tercer mandamiento de la Iglesia garantiza una mínima apertura de la persona a recibir a Jesucristo en relación directa con el tiempo de Pascua, porque se recibe a Jesucristo resucitado. Por esto el tiempo de Pascua es fuente y eje principal de la liturgia cristiana. La Iglesia con este tercer mandamiento recalca el infinito valor que tiene la Eucaristía para la vida cristiana. En efecto, la Eucaristía es «culmen y fuente de todo el culto y de toda la vida cristiana». Es por esto que la Iglesia, como madre y maestra que es, quiere que al menos comulguemos en la solemnidad de la Pascua de resurrección o en el tiempo pascual. Porque no solo es la fiesta más importante para nosotros los cristianos, sino también porque es ahí cuando mejor manifestamos nuestro interés por mantenernos resucitados, cuando mejor decimos de verdad creer en el resucitado y seguirlo.

Que Dios los bendiga. Nos leemos la próxima semana.
Pbro. Eduardo Michel Flores.