Así me decía insistentemente un señor una vez en el confesionario. Recuerdo que llegó al confesionario y me dijo: “Estoy casado por la Iglesia, pero me separé y ahora vivo con otra persona, sé que no me puedo confesar y no puedo comulgar, pero mi hija va a hacer la Primera Comunión y quiero pedirle que me dé permiso para comulgar en la misa y luego ya no comulgo, será sólo por esta ocasión, es un caso especial”, entonces yo, con mucha caridad y paciencia procedí a explicarle, le dije que eso no era posible, que la comunión sólo puede recibirla quien se ha preparado a través del Sacramento de la Reconciliación, es decir, que el Sacramento de la Eucaristía está íntimamente ligado al de la Reconciliación, por lo tanto, si la persona que desea la comunión se puede confesar, porque no hay ningún impedimento para hacerlo entonces se confiesa y luego comulga, si no puede confesarse por alguna razón grave entonces tampoco puede comulgar. Pero él me decía: “Yo no pido que me dé la absolución, ni siquiera pido poder comulgar frecuentemente, sólo le pido que me dé oportunidad en esta ocasión por ser un día especial, mi hija va a hacer su Primera Comunión y yo quisiera poder comulgar con ella, dígame si me va a dar permiso, sino busco otro sacerdote con mentalidad más abierta que sí me dé permiso”, entonces le dije: “Nadie le puede dar permiso para hacer algo que no es correcto, su conciencia le dice que esto no es correcto, por eso no busca usted la absolución sacramental, porque sabe que no puede acceder a ella, por eso yo apelo a su conciencia como cristiano y a su buen juicio para que haga un intento por entender que no puede recibir la comunión, ni siquiera por una ocasión debido a la situación en la que se encuentra, y no es cuestión de ser de mente abierta o no, es cuestión de fidelidad a los principios y normas de la Iglesia, pero sobre todo al Evangelio. Se trata de respetar la santidad del Sacramento. El Sacramento de la Eucaristía es para nosotros los católicos la presencia real y verdadera de nuestro Señor Jesucristo que ha querido dársenos como alimento, por eso, para recibir al Señor en este sacramento se requiere una disposición fundamental que llamamos estado de gracia, que se obtiene a través de la confesión. No estoy seguro si el señor entendió todo lo que le dije, pero al final lo vi tratando de entender la negativa a concederle lo que pedía”.
Amigos, qué importante es conocer la doctrina de la Iglesia respecto a los sacramentos, para no pedir lo que es materialmente imposible conceder a un sacerdote. Actuemos siempre con fe y con un gran espíritu de respeto a las normas y a la disciplina de la Iglesia respecto a los sacramentos, no nos equivocaremos si hacemos lo que nos pide nuestra madre la Iglesia. Cristo está real y verdaderamente presente en la Eucaristía, recibámoslo como es debido, con las condiciones previas que nos pide la Iglesia, sobre todo en estado de gracia. El Espíritu Santo, como dijo Jesús, nos guié a la verdad completa. Hasta la próxima, Dios los bendiga.
Padre Eduardo
Confidencias del Confesionario