En cierta ocasión una señora joven me preguntó: “Padre ¿Cuál es la mejor herencia que los padres pueden dejar a sus hijos?”, yo le respondí: “¿Por qué me pregunta eso?”, entonces ella me dijo: “Es que mi esposo y yo platicamos sobre ese tema el otro día, y parece que no nos podemos poner de acuerdo, él dice que la mejor herencia que los padres pueden dejar a sus hijos es una buena cantidad de bienes materiales para que tengan asegurado su futuro, y yo le digo que para mí la mejor herencia es una buena educación, es decir, una carrera universitaria”, yo le dije: “Mire, creo que la respuesta a esa pregunta tiene que ver con la visión que tenemos de la vida, si creemos que lo más importante para los hijos es tener éxito en este mundo, entonces una buena carrera universitaria y un buen patrimonio integrado por muchos bienes será la mejor herencia que los padres pueden dejar a sus hijos; pero si creemos que lo más importante para los hijos no es tener éxito en este mundo, sino alcanzar su salvación eterna, entonces yo creo que la mejor herencia que los padres pueden dejar a sus hijos es una fe firme, profunda y convencida y unos valores humanos y cristianos que practiquen en su vida cotidiana, porque sin la fe y sin los valores humanos y cristianos una herencia cuantiosa puede ser fácilmente despilfarrada o malgastada y una carrera universitaria puede llevar a una persona a caer en la soberbia, en la altivez o en la arrogancia”, entonces ella me dijo: “Padre, no había pensado en eso, pero tiene usted razón, a veces los padres de familia nos enfocamos en que los hijos sean exitosos según los criterios de este mundo, pero deberíamos pensar en lo que les lleve a alcanzar su salvación eterna”, yo le dije: “Efectivamente, los padres creyentes deberían tener como máxima preocupación que sus hijos vivan conforme a los mandamientos de Dios, que busquen su salvación, que deseen llegar al cielo, que anhelen alcanzar la vida eterna”.

Un padre de familia me dijo una vez que él les decía a sus hijos, que él no deseaba que obtuvieran títulos universitarios o que se hicieran de bienes materiales, lo que a él le importaba es que se ganaran el cielo, porque eso era lo más valioso para él. Es muy comprensible que los padres de familia quieran lo mejor para sus hijos, por eso quieren heredarles el mayor número de bienes materiales y los mejores estudios universitarios, y eso no está mal, pero también hay que aspirar a heredar a los hijos una herencia inmaterial, imperecedera, bienes eternos, ojalá que los padres de familia comprendieran que la mejor herencia que pueden dejar a sus hijos es una fe firme y una buena formación humana y cristiana, yo he conocido gente preparadísima que no son capaces de compadecerse frente a un necesitado, que no ayudan a un indigente ni por equivocación, que tratan con prepotencia o indiferencia a las personas de humilde condición, por eso estoy convencido que la mejor herencia que los padres pueden dar a sus hijos es calidad y calidez humana, caridad, misericordia, compasión, sentido de solidaridad, empatía, en una palabra saber amar al prójimo, ser capaces de descubrir en él a Cristo mismo en persona.  

Dios los bendiga. Nos leemos la próxima semana.

Pbro. Eduardo Michel Flores.