Santa Teresa Benedicta de la Cruz, también conocida como Edith Stein, fue una filósofa conversa, discípula de Husserl, que murió mártir en el campo de concentración de Auschwitz, siendo religiosa carmelita. Su último proyecto, Ciencia de la Cruz, fue una profundización de la obra de San Juan de la Cruz, en vistas a la celebración del IV centenario de su nacimiento. Edith Stein inició su vida cristiana leyendo a Santa Teresa de Ávila y terminó su paso por la tierra en un encuentro pleno con la Cruz. Tiempo antes había escrito su testamento, en el que aceptaba la muerte que Dios le tuviera reservada, en ofrecimiento por las intenciones del Sagrado Corazón de Jesús y de María, por la Iglesia, por su Santa Orden, por el pueblo judío, por la salvación de Alemania y por la paz en el mundo. Esa ciencia de la Cruz la escribió mientras se encontraba en el Carmelo de Echt (Holanda). En ese lugar fue arrestada, junto con su hermana Rosa, por la Gestapo.
El tema de la Cruz lo encontramos en muchos de los escritos de Edith Stein:
“Contempla al Señor que ante ti cuelga del madero, porque ha sido obediente hasta la muerte de Cruz. Él vino al mundo no para hacer su voluntad, sino la del Padre. Ponte delante del Señor que cuelga de la Cruz, con corazón quebrantado; Él ha vertido la sangre de su corazón con el fin de ganar el tuyo.
El mundo está en llamas: el incendio podría también propagarse a nuestra casa, pero por encima de todas las llamas se alza la Cruz. Ellas no pueden quemarla. La cruz es el camino de la tierra al cielo. Quien la abraza con fe, amor y esperanza se siente transportado a lo alto, hasta el seno de la Trinidad. El mundo está en llamas: ¿Deseas apagarlas? Contempla la cruz: del Corazón abierto brota la sangre del Redentor, sangre capaz de extinguir las mismas llamas del infierno. Haz libre tu corazón con el fiel cumplimiento de tu profesión, entonces se derramará en tu corazón el caudal del Amor divino hasta inundar y hacer fecundos todos los confines de la tierra… Gracias al poder de la cruz puedes estar presente en todos los lugares del dolor a donde te lleve tu caridad compasiva, una caridad que dimana del Corazón Divino, y que te hace capaz de derramar en todas partes su preciosísima sangre que alivia, santifica y salva”.
En esta Cuaresma, pensando en Sta. Teresa Benedicta de la Cruz y en sus encuentros con la Cruz, le ofrezco a Jesús este poema sobre esa ciencia que es la Cruz:
Cuando la cruz se convierte en ciencia,
se educa otra vez al universo,
se curan heridas con paciencia
y el mundo despierta en fuego nuevo.
Cuando la Cruz regresa a la tierra
las almas retoman su franqueza,
los jóvenes se asoman y rezan,
la creación renueva su riqueza.
Cuando la Cruz ofrece consuelo,
esperanza y paz a los humanos,
se generan portales de cielo
en rescate de amor entre hermanos.
Cuando la Cruz se abraza en silencio
las sonrisas surgen y dan vida
a las almas sedientas de tiempo
para contemplar en bienvenida
los tormentos y las decepciones,
las pruebas, desiertos y temores,
los esfuerzos y las oraciones
que se ofrecen ante los dolores.
Cuando la Cruz se convierte en ciencia
las lágrimas vienen con cariño,
la aceptación acude en sapiencia
y la luz se descubre en los niños.
Cuando la Cruz se convierte en ciencia
nos enseña verdades que alientan,
nos ubica en nuestra real esencia
y nos devuelve esperanza cierta.
VOCES EN EL TIEMPO
MARTHA MORENO
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